DOI 10.35381/cm.v8i3.790
Las ciencias
administrativas en el desarrollo social postpandemia
En la actualidad, se ha escrito mucho sobre los efectos negativos de la
pandemia del COVID-19 a nivel mundial. La afectación no ha sido solo en los
sistemas de salud de los países, sino también en los sistemas económicos y
financieros, con altos costos en pérdidas debido a: cuarentenas, aislamientos y
confinamientos aplicados para la protección de la ciudadanía y contener la
propagación del virus.
Los sectores más impactados por el confinamiento producto de la pandemia
fueron: el comercio, la industria y los servicios, principalmente el sector
turístico. En este contexto, las empresas han tenido que reinventar sus modelos
de negocios, algunas lograron alcanzar nuevas metas imprevistas, otras
simplemente, todavía luchan por sobrevivir. De forma general todas han tenido
que adaptarse a un nuevo entorno más dinámico, desconocido y con un mayor uso
de la administración por contingencia.
Desde el comienzo de la pandemia se fortaleció: el uso de las
tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), mecanismos de
servicios de administración públicas (las plataformas gubernamentales) y otros
como las videoconferencias que eran poco usadas. Con todos los cambios, fue
necesario un cambio en las formas de administrar y adaptarse a las nuevas
circunstancias con elementos como: teletrabajo, flexibilización laboral,
reorganización de las jornadas, nuevos sistemas de comunicación empresarial,
equipos de emergencia para la toma de decisiones, adecuación de la forma de
gestionar riesgos, entre otros.
En la actualidad, con las nuevas realidades en la época postpandemia[1]
es necesario implementar nuevos cambios en la sociedad y las organizaciones,
donde las personas son el centro del cambio. Las empresas deben continuar su
proceso como agentes de cambio, desplazarse desde la zona de confort a una zona
de aprendizaje continuo y romper paradigmas.
Ante el reto del regreso a la normalidad las organizaciones, tanto
públicas como privadas requieren proceso de innovación, incrementar su
competitividad, ser creativas y enfocarse hacia la sociedad del conocimiento,
donde los aspectos humanos repercuten directamente. El conocimiento es
apreciado y es evidentemente necesario establecer políticas de desarrollo que
involucren a las empresas y el resto de la sociedad a partir del capital y el
talento con que cuentan.
De forma general, la pandemia generó un grupo de distorsiones en la
sociedad que afectó la vida y dio origen a nuevas formas del
hacer, que impactarán en el futuro desde el punto de vista social, económico,
político, tecnológico, etc.
El análisis desarrollado, a partir de diversos estudios publicados,
ratifica todavía un alto grado de incertidumbre, pero con confianza en el
futuro, donde prima el trabajo fuerte y procesos de transformación
principalmente en las siguientes áreas:
De forma general el entorno presenta una alta incertidumbre. El mundo
continúa un proceso de cambio donde los triunfadores serán los que logren
innovar, adaptarse rápidamente a los cambios que se avecinan y evolucionen
hacia una responsabilidad social a partir de las necesidades actuales.
Dr. C. Raúl Comas-Rodríguez
Universidad Regional Autónoma de los Andes, Ambato, Ambato
Ecuador
https://orcid.org/0000-0003-1353-2279
Dr.C.
Ariel José Romero-Fernández
dir.inveswtigacion@uniandes.edu.ec
Universidad Regional
Autónoma de los Andes, Ambato, Ambato
Ecuador
https://orcid.org/0000-0002-1464-2587
[1] La
época actual, considerada como postpandemia, no implica la desaparición del
virus, de hecho, nos encontramos ante una nueva ola de contagios, pero con
características diferentes a las primeras; donde la transmisión es comunitaria,
se ha incrementado la tasa de infección en centros laborales, pero con los
procesos de vacunación, la tasa de mortalidad ha disminuido drásticamente.